En el blog El taller de mis memorias, han tratado un tema que nos parece muy importante: la variables que pueden afectar la comunicación con una persona diagnosticada con Alzheimer, y cómo se puede mejorar esa comunicación. A continuación, ofrecemos un resumen de este interesante trabajo:
Variables que dificultan la comunicación
Déficits en la vista y la audición, que pueden provocar además sentimientos de confusión y abandono. Se puede corregir con gafas, lupas o audífonos. Algunos enfermos, aunque tengan sordera, pueden leer y comprender palabras sencillas o dibujos y fotos, lo que ayuda en determinadas situaciones.
Dentadura postiza inadecuada, falta de dentición, mal estado o heridas en la boca. Esto agrava la ininteligibilidad del discurso y hace que la persona esté molesta o dolorida, además reduce la expresión verbal y la intención comunicativa.
Limitaciones en la movilidad que reduce los gestos o movimientos y afecta la interacción. También pueden aparecer movimientos anómalos no funcionales, sin sentido o fin práctico.
Estado afectivo. Si presentan inquietud, ansiedad, angustia, o se encuentran tristes o apáticos, influye en su capacidad de comunicación. Una depresión favorece estados de mutismo y que se mantenga aislado.
Influencia de déficits en otras capacidades cognitivas. La afectación en otras áreas como la atención, la memoria y la capacidad de razonamiento y juicio, también influyen en la comunicación.
¿Cómo actuar? Pautas y consejos
- Hablar en sitios donde no haya demasiadas distracciones, ni ruido de fondo.
- Cuidar que el lugar esté bien iluminado, para que puedan ver nuestra cara, gestos y movimientos, así como el entorno u objetos.
- Presentarse ante la persona por delante y acercarnos de forma tranquila y despacio.
- No hablarle a la espalda.
- Asegurarse la atención de la persona antes de hablarle: tocarle suavemente en el hombro o el brazo, o tomarle la mano si lo recibe bien.
- Transmitir afecto y tranquilidad.
- Ponernos a su altura y mirarle a los ojos. Así verán nuestros labios cuando les hablamos, y nuestra expresión facial y gestual. Esto facilita la comunicación y favorece una relación más igualitaria.
- Cuidar la distancia interpersonal porque acercarse demasiado, al igual que el contacto físico, también puede intimidar o resultar molesto.
- Saludar, presentarnos o identificarnos.
- Dejarle tiempo para pensar y no apremiarlos.
- Mantener la autoestima y dignidad de la persona. Tener cuidado con los tonos paternalistas o infantilizados, ya que pueden despertar sentimientos de inutilidad, de rabia o frustración.
- Ser flexibles y pacientes.
Fuente y texto completo: El taller de mis memorias