
¿Qué está olvidando? La mayoría de la gente tiene problemas para recordar algunos detalles de una conversación, pero olvidar conversaciones enteras podría indicar un problema.
Otras señales de alerta son: olvidar el nombre de un amigo o familiar cercanos, repetir lo que ya dijo o hacer las mismas preguntas con frecuencia en la misma conversación.
Causas de la pérdida de la memoria
Cualquier cosa que afecte la cognición — el proceso de razonar, aprender y recordar — puede afectar la memoria.
Algunas causas de la pérdida de la memoria pueden presentarse al mismo tiempo o de manera individual:
Los medicamentos que pueden interferir con la memoria incluyen las pastillas para dormir, los antihistamínicos de venta sin receta, los que sirven para tratar la ansiedad, los antidepresivos, algunos utilizados para tratar la esquizofrenia y los analgésicos usados después de una cirugía.
Un consumo excesivo de alcohol puede causar una deficiencia de vitamina B1 (tiamina), lo cual puede perjudicar la memoria. El alcohol y las drogas ilícitas pueden alterar la química del cerebro y afectar la memoria.
El estrés, en especial debido a un trauma emocional, puede causar pérdida de la memoria.
En casos extremos y poco comunes, puede presentarse un trastorno llamado amnesia disociativa. “Esto puede hacer que alguien vague por ahí perdido, sin poder recordar su nombre o la fecha de su nacimiento, u otra información elemental”, explica el Dr. Mani.
La depresión, que es común con el envejecimiento, causa una falta de atención y capacidad para concentrarse que puede afectar la memoria. «Por lo general, tratar la depresión mejorará el estado de ánimo y, entonces, los problemas de la memoria también pueden irse corrigiendo.»
Un golpe en la cabeza puede causar una pérdida de la conciencia y de la memoria. “La pérdida de memoria por un solo incidente de traumatismo craneal por lo general permanece sin cambio o hay una mejora gradual, pero no empeora”, aclara el Dr. Mani. Sin embargo, los traumatismos reiterados, como en el caso de los boxeadores y los jugadores de futbol americano, puede acarrear una pérdida progresiva de la memoria, entre otros efectos.
Las personas con VIH, tuberculosis, sífilis, herpes y otras infecciones de las membranas o la substancia gris del cerebro pueden experimentar problemas de la memoria.
Una tiroides hipoactiva o hiperactiva puede interferir con el recuerdo de acontecimientos recientes.
El sueño de poca calidad puede afectar la memoria.
La deficiencia de vitaminas B1 y B12 pueden afectar la memoria, pero pueden tratarse con una pastilla o una inyección.
La forma más grave de pérdida de la memoria es la demencia. Con la demencia, hay un deterioro creciente de la memoria y de otros aspectos del pensamiento que son lo suficientemente graves como para trastocar las actividades diarias. Aunque tiene muchas causas, la más común es sin duda la enfermedad de Alzheimer, en la cual hay una pérdida progresiva de neuronas, acompañada de otras anomalías en el cerebro.
Cómo prevenir la pérdida de la memoria
Hay algunas cosas que uno puede hacer que podrían ayudar a reducir el riesgo de presentar problemas de la memoria:
- Reduzca su nivel de colesterol y de la presión arterial. Varios estudios de los últimos años sugieren que las enfermedades vasculares (cardiopatías y derrames cerebrales) derivadas de un colesterol y presión arterial altos pueden contribuir a la manifestación de la enfermedad de Alzheimer, a su severidad o a la manifestación de la demencia multiinfarto (también llamada demencia vascular).
- No fume ni consuma alcohol en exceso.
- Haga ejercicio regularmente. La actividad física puede ayudar a mantener el flujo sanguíneo hacia el cerebro y reducir los factores de riesgo relacionados con la demencia.
- Mantenga hábitos de alimentación saludables. Se ha demostrado que comer más verduras de hoja verde y menos grasas saturadas ayuda a retardar el deterioro cognitivo. Además, comer pescado que contengan beneficiosos ácidos grasos omega 3, como el salmón y el atún, puede ser bueno para la salud del cerebro.
- Mantenga interacciones sociales, lo cual puede ayudar a reducir el estrés.
Pero, sobre todo, hay que mantener activo el cerebro con actividades tales como leer, escribir, aprender una nueva destreza, jugar y practicar la jardinería u otras actividades similares estimula las neuronas y las conexiones entre ellas, y puede estar relacionada con un menor riesgo de padecer demencia.
Fuente y texto completo: Periodistas en español.com